Yacaré

Un paseo misionero

Posteado el 18 Set 2010 por Walter Marquez   |     

Una de las cosas que mas gana tenía de lograr era aprovechar alguno de mis viajes laborales con una salida de pesca. Así que cuando me toco un viaje a Posadas, Misiones, no dudé en llamarlo a mi amigo Picurú, a ver si podíamos hacer algo en alguna de sus cuevas.

Ya, el sábado de descanso labolar, me pasó a buscar por el Hotel el Picu, con su amigo Christian Naufal, que se transformaría en un gran amigo, tambien. La idea era ir a un campo a las afueras de la ciudad, donde tienen lagunas interiores con tarariras y con un condimento extra.....yacarés. Al llegar los espejos eran hermosos, bien tarucheros, con pasto en superficie de agua que le daba la chanche a esconderse a las hoplias.

  
  

Lo primero que hicimos fue acercarnos al agua, lentamente para ver que se veía. Al ratito aparecieron curiosos los yacarés. El picu me contó que en alguna crecida importante de la zona se asentaron en el campo y cuando volvió todo a su cauce natural, se quedaron. Tenían lugar para reproducirse, tenían comida variada, y nadie que los molestara. Y se quedarón.

El Picu hizo un par de pruebas con carnada y sin anzuelo, simplemente con una soga y carne atada, para mostrarme la voracidad de estos cocodrilos nacionales. Realmente tremendo. Tambien me mostró que cuando esté tirando los señuelos se iban a acercar lentamente, de forma sigilosa, mas que nada para poder evitarlo. La sensación de meterme al agua con estos bichos, fue una locura que no me voy a olvidar nunca.

  
  

Ahora si comenzamos con la pesca, donde los amigos Cristian y Picurú, empezaron con señuelos duros de superficie del tipo Skitter Walk de Rapala logrando buenos resultados. Las Hoplias no estaban muy activas, pero trabajandolas se lograban mover.

Ahora a mi, fascinado por los yacarés, se me ocurrió jugar un poco con uno que se me había acercado. Mientras lanzaba, el bicho se acercaba, y yo le corría el señuelo un poquito. Así jugué hasta que en un momento me descuidé y el guacho se largó de cabeza y me tomó el señuelo. La pucha che! Lo peleé un poco hasta que, obviamente, me explotó a caña prestada. Yo no sabía como pedir disculpas mientras el Picu y Cristian se morían de risa de mi cara.

  
  

Despues del momento "yacaré destroy" Cristian me prestó otra caña para seguir pescando. Ahi nos movimos un poco por el espejo tratando de encontrarlas, pero a cambio de ellas, hallamos un huequito donde la actividad era intensa, pero de otras especies.

Con señuelitos de superficie, salían de manera contante ataques de San Pedros y de Palometas. Un muy lindo rato a puro articial light, que no siempre se concretaba en captura ya que estas especies son muy veloces, pero muy desconfiadas, sino clavabas en el momento justo quedaba en ataque fallado.

  
  

Caminando el charco descubrimos porque había poca actividad taruchera, encontramos varias hoplias inmóviles en el agua, al lado de una masa blanquecina que flotaba entre los pastos. Eran nidos con sus huevos, y las hoplias estaban simplemente cuidándolas, sin hacer otra cosa.

Decidimos ir al otro espejo a ver si la encotrábamos un poco mas activas. Al caminar por el campo me morí del susto al ver un hormiguero del tamaño de un nene. Hormigas carnívoras me dice el Picu, doblemente cagazo, jajaja.

Al llegar al otro espejo comenzamos la pesca y el Picu arrancó con la pesca con mosca, logrando algunas chanchitas y alguna tarucha que anticipaba un poco mas de actividad en este espacio lacunar.

  
  

En este rato la cosa con las tarus se puso mucho mas divertida. Si encontrábamos el timing justo con el artificial adecuado lográbamos sacarlas del letargo y atacar, mas no sea por una cuestión de territorialidad, de protección de su nido. Recogida lenta en superficie, buscando la zona de pastos, daba resultados, y nos empezamos a entretener con ellas.

Artificiales nacionales como el Yiter de Alfers o el Culu Culu de Del venian con buena performance, tambien el Oreno de la misma marca o el famoso SubWart 7 de Storm. Yo descubrí, gracias al préstamo de Cristian, el Mouse de Del, un señuelo aparatoso, con el cuerpo partido en dos y que la parte de atras gira haciendo las veces de hélice en superficie, un hallazgo.

  
  

El atardecer llegó y el disfrute del día fue completo. Ante el esplendor del sol cayendo en ese lugar mágico, los recuerdos de un encuentro con amigos gracias a un viaje laboral fue como una deuda cumplida. Los yacarés nos despidieron expectantes manteniendo esa curiosidad que tuvieron durante toda la jornada.

Esperemos que me manden de nuevo prontamente a Misiones para poder disfrutar de estos lugares de la mano del Picurú y de Cristian.

Notas Recomendadas

Por que devolver

Muchas veces se discute si el pescador deportivo es realmente el culpable o no de la depredación de nuestros peces. Muchas veces la conclusión es no. Esto no nos exime de ser responsables de cuidar el recurso que tanta vida nos da. Un pez devuelto es quizas la futura captura de tu hijo

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