Walter Marquez Pesca deportiva

Ganas de pescar nunca faltan y mas si el lugar elegido es un paraíso de la pesca como es Gualeguay. Por eso, cuando Angel nos confirmó fecha ni dudé, adentro. Se sumaron Damian y Victor completando un team fatal.

Tempranito me pasó a buscar Dami, para despues pasar por Victor y tomar viaje hacia Lujan en busca del último zátrapa que faltaba, Angel. Una vez arribados nos encontramos con ese guía-amigo llamado Jorgito Cot y encaramos en camino de tierra para llegar a la estancia mágica.

Ya en la cancha el día estaba soleado con linda temperatura pero con el maldito eolo haciendo de nuevo de las suyas. Cruzado del norte barría ambos lados del terraplen y generaba un rizado importante por donde mirásemos. La pesca asi se transformaba en una incógnita ya que esta cancha nos había regalado pescones y sapos en igual medida con estas condiciones climáticas.

En los primeros lances tuvimos actividad de taruchas que se movían como molestadas por los artificiales. Otras atacaban con muy poco timming errándole por bastante a los engaños a su paso. Había peores, taruchas que veíamos en el agua y que ante el paso de los artificios ni siquiera los miraban.

Ante este panorama Jorge decidió que camináramos la zanja en busca de algun recodito reparado donde pudiéramos trabajar mejor la técnica y que las tarariras estuvieran algo mas activas. En uno de esos recodos salió la primera de Victor con una rana zman y una cuchara lastrada rascando el fondo. No se nos había dado por ir hacia abajo, pero a la segunda tararira que sacó el amigo Gonzalez todos comenzamos a realizar cambios técnicos.

Ya buscándolas en el fondo comenzamos a tener algo mas de actividad en firme. Primero Damián y Angel metieron un doblete (Angel siguió probando con cranks y el hot´n tot de Storm con la paleta tunning para bajar un poquito logró su objetivo).

Victor seguía inspirado con sus ranas rastreras y a mi me pasó algo increíble. No lograba clavar los ataques, inclusive una taru muy grande me atacó 6 veces, variándole el señuelo y en todas se safó en la pelea, de no creer. Cuando levanté la primera el maleficio se rompió y ahi si comencé a ser mas efectivo. A mi en ese rato se me dió mas de probar con la moss boss logrando muchos ataques pero si muchísimas menos capturas.

Casi acercándonos al mediodía Victor y Angel se fueron hacia la cueva original a ver si lograban despertar a esas remolonas. Con Jorgito y Damían pasamos del otro lado del terraplén, bien de frente al viento, a unas canchas raras, ya que el canal no tenía pique pero si el pasto inundado por el terraplen. Había que lanzar bien lejos, tener pique, clavar el pez, hacerlo pasar por arriba de la isla seca que separaba el terraplen de la inundación y ahi si disfrutar la pelea. Saqué una linda y en un nuevo intento saqué un monstruo que me costó un perú hacerla pasar por la isla seca. Al ratito Damián clavó otro cocodrilito hermoso.

Regresamos con Angel y Victor que tenían varios ataques pero seguían siendo totalmente erráticos. Me uní a ellos y despues de unos cuantos tiros con la rana de hoplias que venía utilizando, logré capturar una pequeña bien combatica y reaccionaria. Ya siendo mediodía, saludamos al enorme lagarto overo que nos venía espiando desde los matorrales y nos fuimos a almorzar.

Almorzamos rápido y volvimos a las pistas. La idea por la tarde era irnos con la camioneta y recorrer la estancia siguiendo el cauce del canal en busca de buenas canchas de pesca.

Primera parada, un recodo del arroyo donde se dividía en dos y tenía un caño de desagote. Ahi tuvimos mucha actividad con cualquier artificial que tenga cuchara. Todos levantamos buenas capturas siendo lo mas importante un traccionar lento para que trabaje bien la cuchara.

Yo me entretuve mucho tratando de hacer trabajar bien un spinnerbait doble hoja terminator. Particularmente me encanta pescar con este tipo de artificiales porque se siente en la punta de la caña la vibración de las cucharas en el agua.Finalmente logré el timming justo y me divertí mucho con las hoplias de esta cueva.

Nos movimos a una nueva canchita en un terraplen que cortaba el arroyo. Acá en un charquito de 10 x 10 fue impresionante la actividad que tuvimos tirando lo que se nos ocurriera. Sobre todo algo que bajara a subsuperficie o minnows.

Acá me destacó un minnow japonés hermoso que fue un caramelo para las tarus...el K-Ten Blue Ocean 90 de la marca Tackle House. El que en esta pasada no tuvo suerte fue Victor que tuvo muchos piques pero se escaparon todos.

Pero todavía faltaba lo mejor. Nos volvimos a subir a la camioneta y a recorrer la estancia. Al llegar a una tranquera la pasamos y vemos que al arroyo le entraba otro canal bastante ancho con agua corriendo. Jorgito nos dice" acá hay grandes, pero este campo es de otro propietario, asi que le hacemos unos tiros y vemos si estan y pescamos esperando que no nos rajen".

Primeros lances y tengo un pique tremendo que me clava la caña y me corta el multi.Tremendo monstruo. Pongo un latex de zman el Flappin CrawZ y tengo otro pique tremendo que me planta la caña pero esta vez soy mas sutil, lo trabajo mejor y termina siendo captura de un ejemplar impresionante.

Acá fue una hora de pesca con mayúsculas, todos lanzando y teniendo ataques francos y violentos. Mucho mejor a subsuperficie y media agua, pero algunas atacaban tambien en superficie haciendo explosiones tremendas en el agua.

Todos sacamos varias, muchísimas fueron enormes, yo me di el gusto hasta de sacar con el happy popper de nakamura, un twichbait precioso.Angel probaba con el tan tan de borboleta y tambien reaccionaban sin miedo. Fue lo que vinimos a buscar a estancia maravillosa. Inclusive alguna minitaru llaverito salió atacando artificiales grandes con lo que podemos decir que la repoblación está asegurada.

Ya con el sol bajando volvimos sobre nuestros pasos para llegar a donde comenzamos, el primer charco donde había mucha actividad pero también muy errática. Y siguió la cosa igual, ahora mas activas que nunca pero igual de erráticas. Eran muchas chicas, con alguna linda mezclada. Despues de tanto insistir logré capturar una linda para la foto.

El día se dió por concluido con una pesca espectacular tanto en cantidad como en calidad y con la obligación de buscar, hacer trabajar bien los señuelos y variar buscando la mejor opción. Si se hacia todo eso era captura garantizada. Esto es lo que hace mágico este pesquero, dorados y tarariras en el río, tarariras en la estancia, siempre tiene opciones Jorgito Cot para brindarnos una jornada memorable.Simplemente...Gualeguay.